África ¿humildad o humillación?
África la bella, la misteriosa.
África es historia, la historia de la raza humana.
Le llaman el viejo continente. Y tienen razón.
África es la cuna de la humanidad.
Mi amado continente. Mi hogar.
La historia de África es la historia del mundo.
Cuando se estudia la historia de África es cuando nos damos cuenta, que los pueblos que nos creíamos diferentes, en el pasado estábamos unidos como un único clan.
Estábamos unidos por nuestras creencias, por nuestros dioses, por nuestros corazones.
Hubo alguien que también salió de África, y era de raza negra aunque no lo quieran reconocer, que se autoproclamo el “hijo de dios” y dijo estar hecho a imagen y semejanza suya.
En su nombre se esclavizo a los africanos con el cuento de que así al morir, gozaríamos de su presencia eterna. Y en nombre de esa “presencia” la raza blanca destruyo África.
Por esas enseñanzas, el africano ya no quiere creer en sus propios dioses. El africano ha perdido la fe en sí mismo sustituyéndola por la fe en que un ser superior hará todo por ellos.
La humildad es una característica que consiste en tener conciencia de nuestras virtudes y defectos y obrar de acuerdo a esto. Es lo opuesto a la soberbia.
El africano ha aprendido, eso sí, a base de fuego, hierro y látigo, que su humildad consiste en no levantar la cabeza. En creer que no puede hacer nada sin la ayuda de “los otros”.
Y lo más humillante de todo es que quienes le han enseñado esa “humildad”, practican la mayor soberbia de todas al creer que solo ellos pueden salvar África.
Y lo más terrible es que el africano, se lo cree y por eso seguimos bajo su yugo, aunque la mayoría se cree libre.
Por eso no nos enseñan en las escuelas sobre nuestra historia, porque nos daríamos cuenta de nuestro pasado glorioso, de nuestra gran fuerza interior y de nuestra enorme capacidad de trabajo en equipo.
De ahí que nos dividieran y rompieran nuestras antiguas fronteras, uniendo lo que estaba separado y dividiendo donde antes había unión de reino o de imperio.
África ¿humildad o humillación?, depende de quien lo cuente.