El inconsciente colectivo es aquello que se encuentra más allá de la consciencia de los seres humanos, pero que al mismo tiempo es común a la experiencia que tienen estos. Se centra en el estudio de la conciencia colectiva social, un conocimiento compartido por todos los seres desde su nacimiento y que ha quedado en el inconsciente, son aquellos sucesos, datos e informaciones que ocurrieron en el pasado en relación con la especie, un conocimiento que viene de los aprendizajes adquiridos en conjunto y que son ajenas a las vivencias individuales.
Carl Gustav Jung (26/07/1875 – 06/06/1961) famoso filosofo suizo, alumno de Sigmund Freud, estableció las bases actuales de lo que es el inconsciente colectivo, y en su visita al continente africano en 1925 llego a la conclusión de que nosotros éramos “tribus primitivas” más preocupadas en el alimento que en la psicología. Aunque las crónicas de este viaje están plagadas de tintes racistas, en este viaje estableció que no éramos “aptos” para sus estudios pero, no nos desviaremos del tema principal.
Con respecto a los orígenes del estudio de esta ciencia, hay muchos que afirman que Carl Jung fue el descubridor, aunque el mismo en varios artículos menciona que el origen fue durante el imperio egipcio.
En su libro “El hombre y sus símbolos”, publicado por primera vez en 1964, tras la muerte del autor tres años antes, Jung describe como diferentes culturas localizadas en zonas muy distantes casi opuestas en el globo terráqueo, le dan el mismo significado a ciertos símbolos y objetos.
En cierta ocasión, vi un reportaje que explicaba la creencia colectiva establecida en américa latina basada en la firme convicción de que la gente prefería “ser pobre”. En el reportaje decían que durante la mal llamada conquista, todo aquel que poseía oro, era despojado de sus tierras y asesinado cruelmente. De ahí que a los latinos se les quedo grabado en el inconsciente el binomio <oro igual a sufrimiento>.
No puedo dejar de mencionar el adoctrinamiento de algunas religiones sobre la relación entre la pobreza y la felicidad, la humildad muy a menudo confundida con pasividad, amén de la tan arraigada creencia que establece que no importa el sufrimiento que padezcas en esta vida, pues dios te espera en la “otra” con los brazos abiertos y, sin importar el nombre que le des a ese dios, que todos dicen lo mismo.
En este artículo se habla sobre todo de las dos orillas del atlántico, África y América donde se encuentra la mayor población negra y afrodescendiente. Con la llegada de los primeros misioneros para el adoctrinamiento de la fe católica, estos ejercieron la violencia como método de aprendizaje, y durante mucho tiempo la situación obligaba a abrazar esa fe o te arriesgabas a sufrir los más intensos dolores en forma de palizas, vejaciones e incluso la muerte. Es decir, se arraigó la creencia de “sino estas en el redil con los demás serás condenado para toda la eternidad con el sufrimiento eterno”. El mismo que ya sufrías en la tierra.
Hace un tiempo circuló por las redes sociales de mi pais, Guinea Ecuatorial, una imagen donde se mostraban dos pestañas, en la pestaña de la izquierda se podía ver a un hombre blanco con un garrote levantado con aspecto amenazador y en la otra mano sostenía una biblia y a un hombre negro encadenado de rodillas en actitud de servidumbre. En la imagen de la derecha se podía ver a un hombre negro rodeado de su familia, de rodillas y con las manos alzadas al cielo rezando.
El mensaje de esta ilustración era: ¿Cómo se puede pasar de esto (primera viñeta) a esto (segunda viñeta)?. La respuesta es sencilla, y es que durante más de seis siglos los negros hemos sido masacrados por el dios blanco ya sea de la rama del protestantismo o la del catolicismo. De hecho, el continente con más cristianos es América, más concretamente América latina seguido de África.
Y es que, siempre que entro en discusión con algún creyente de cualquier rama de la fe religiosa, nunca me saben explicar cómo es posible que los paises que al parecer le han dado la espalda a ese dios (según ellos los paises europeos y norteamericanos) tienen sociedades mejor organizadas, tienen menos índice de hambruna, analfabetismo, pobreza, mayores oportunidades de emprendimiento etc., que los paises africanos y latinoamericanos que tienen un mayor número de creyentes y un índice muchísimo mayor de pobreza y subdesarrollo social.
Una frase que escucho muy a menudo en mi casa de boca de mis descendientes es: “a los negros os gusta sufrir”. Y es verdad, porque los negros nos hemos dejado convencer de que el sufrimiento nos hace mejores personas.
La mayoría de las corrientes filosóficas aceptan la existencia del inconsciente como el patrón que rige nuestra vida y que contiene todo aquello que nos ha “marcado”, por decirlo de alguna manera, es decir nuestras creencias más profundas. El inconsciente nos marca nuestras pautas de comportamiento y nuestra respuesta ante las diferentes situaciones que se nos presentan en el día a día.
Entonces, al existir un inconsciente personal también existe un inconsciente colectivo, que según Jung es la capa más profunda sobre la que descansa el inconsciente personal. Y este inconsciente colectivo contiene información también de una raza con respecto a la otra, entonces, ¿Qué hay en el inconsciente colectivo de los blancos con respecto a los negros?
El color negro que es nuestra denominación racial, ha sido demonizado en las culturas de la mayor parte del mundo, pues el negro casi siempre simboliza algo malo, algo oscuro, algo siniestro; sin embargo el negro también es poder, elegancia, fuerza, autoridad. En el mundo de las marcas, el negro también proyecta exclusividad y sofisticación. Sin embargo cuando hago la misma búsqueda sobre el color blanco, todo es positivo, todo es puro, mágico, inocente, y demás atributos “perfectos”, salvo por dos aspectos negativos que desconocía que son la soledad y la frialdad.
Si aceptas que Jung está en lo cierto, analicemos dos de los sucesos que más nos han afectado como raza y como humanidad: la esclavitud y el colonialismo.
A pesar de que algunos opinen lo contrario. Según los datos por número de afectados, durabilidad en el tiempo y consecuencias infinitas, ningún otro evento en la historia de la humanidad ha provocado daños y consecuencia tan atroces en algunos pueblos como es la esclavitud.
La esclavitud ha sido el peor crimen cometido, pues destruyo sociedades enteras, se perdió la identidad cultural de toda una raza, familias separadas, compra- venta de personas como si de ganado se tratase, anulando su condición humana y rebajándola a un nivel inferior que al de un animal y con la impunidad que otorga la legalidad de los actos cometidos, pues todos esos actos eran permitidos, admitidos y aplaudidos por la ley.
En cuanto al colonialismo, es igual de cruel pero más sutil.
Imagínate que después de que te dicen, ¡eres libre!, se quedan con tu tierra, la explotan a costa de tu sudor y por supuesto que tú servicio será para toda la eternidad. De verdad, ¿fueron libres?, porque no dejaron de sufrir muchos de los aspectos más crueles de la esclavitud, como por ejemplo el famoso Apartheid, instaurado formalmente en Sudáfrica en 1948 por el Partido Nacional, que llego al poder con los votos de únicamente la población blanca que era a la que se le permitía ejercer ese derecho universal, e hizo del apartheid su política de estado.
Aquí quisiera hacer un inciso con respecto a la parte americana, porque como esclavo una vez desterrado tu linaje de tu tierra, debes luchar por otras tierras para que después te digan que tú no eres igual que ellos. En la mayoría de las independencias de América Latina, existieron cuadrillas de negros a los que no se les reconoció su condición de ciudadanos de ese país hasta tiempo después, en muchos casos hoy día siguen luchando por obtener ese derecho, el de poder ser llamados ciudadanos y reconocerles como grupo étnico.
Personalmente considero que una de las consecuencias de estos hechos, es la vergüenza de los descendientes de esclavos que ahora se encuentran en paises donde la mayoría son de piel blanca, porque muchos sienten vergüenza de su raza y luchan por entrar de un modo u otro en el “status quo” de los blancos, negando parte de su identidad ancestral en un vano intento de “blanquear o mejorar la raza” (según dicen ellos mismos), como es el caso de argentina.
Te quiero dar algunos ejemplos de cómo actúa el inconsciente colectivo para que reflexiones y te des cuenta que en realidad todo es una programación mental del inconsciente.
¿Te has parado alguna vez a pensar porque los negros somos más inestables en general en las relaciones amorosas entre nosotros? Tenemos un alto índice de familias monoparentales donde no existe la figura paterna. Y es porque todavía tenemos grabado en la mente que no se nos permite tener pareja sentimental sino que nos aparejaba y además, tenemos también grabado en el inconsciente colectivo el hecho de que los hombres no duraban mucho porque se los llevaban entonces tenemos ese pensamiento primitivo de aceptar la maternidad en soledad, de aceptarla como una situación común en la vida.
Sin embargo, yo personalmente he escuchado en multitud de ocasiones y a personas de diferentes extractos sociales, que cuando un negro o una negra esta con una pareja de otra raza, preferiblemente blanca, el índice de fidelidad crece de manera muy notable.
Otro dato curioso de cómo funciona el inconsciente colectivo es que por ejemplo imagínate tres mujeres, las tres espectaculares. El inconsciente colectivo ha creado la creencia general de que la blanca rubia es tonta, la blanca morena es inteligente y perversa, y la negra es prostituta; como se tiene la creencia de que las negras son más ardientes y todo el día estamos dándole al “polvo”, pues mira.
Independientemente del trabajo que debemos hacer las personas de raza negra y los afrodescendientes para continuar la lucha por ocupar el lugar en el mundo que nos corresponde, pregúntate tú como africano o afrodescendiente de dónde vienen las creencias que rigen tu inconsciente, esas que te hacen creer que tu raza es inferior, que debes “mejorar o afinar” tu hermoso color de piel, que debes reducir tus labios, afinar tu nariz, etc. y entonces te darás cuenta que todos son conductas marcadas a “fuego” en lo más profundo de tu mente por la raza que quiso que tu pensaras así, para precisamente hacerte creer que es superior a ti como ser humano.
Reina OYO SAM